Ecología
y Tauromaquia
(a los
protectores del exterminio).
Según como la zoología clasifica:
Todos los rumiantes con cuernos persistentes, huecos,
lisos de sección circular y que tienen cuatro mama son
la subfamilia de los bovinos, y al toro como especie
-diferenciandolo del bisonte y el uro- lo llaman Bos
taurus L. Diferencias entre taurinos y taurófobos hay
muchas, una de ellas es que los taurinos enunciamos que
el toro bravo desciende del uro o aurogh especie
--extinta-- distinta al Bos taurus L. ó de una cruza
paracida a las cruzas que se hacen hoy en día entre el
cebú y el Bos taurus L. para conseguir bovinos
resistentes al trópico. Bajo este enunciado el toro
sería pues mas una especie que una raza.
La teoría Darwiniana
sostiene que los individuos de una determinada especie
evolucionan y varian. Si el enunciado anterior es falso y
resulta que los genes de los cromosomas del toro bravo
son los mismos que el Bos taurus L: ¿No sería igual de
penoso la desaparición de un grupo bovino que tiene la
característica de ser bravo y noble extinguiendo a uno
de los animales más hermosos de la naturaleza?
Leed el siguiente artículo:
'La tauromaquia es
tan antiecológica como el steak a la pimienta y los
zapatos al cuero. Claro que hay gente que no lo entiende
así, pero en general son personas que no entienden nada
o que no están dispuestas a entender nada. Lo ecológico
se refiere a la defensa del medio ambiente (de allí lo
de "eco", casa), nos preguntamos, entonces,
qué tiene que ver la muerte de algunas reses en una
plaza de toros con la ecología.
Tampoco son
antiecológicas las peleas de gallos (que no nos gustan),
ni el boxeo (que encontramos detestable) y ni la caza,
practicada con cierta ética, medida y control. Existe en
la mente de algunas personas una penosa confusión de
conceptos: ecologismo, proteccionismo, pacifismo,
vegetarianismo...¡todo les parece lo mismo!
El proteccionismo es
una actitud que alienta a las sociedades protectoras de
animales a evitar la crueldad de animales silvestres o
domésticos. Propósito laudable, pero cuestionable, pues
no es posible establecer con certeza la manera de sentir
dolor de las distintas especies. ¿Siente dolor una
mantis macho que está copulando a su hembra luego que
ésta le ha deborado la cabeza? También es dificil
determinar que es crueldad. ¿Es cruel montar a caballo,
ordeñar vacas, matar cerdos, soltar palomas a miles de
quilimetros de su hogar? Los hombres tenemos actitudes y
conductas hacia los animales sobre las que nunca les
hemos preguntado si lo hacen felices. La actitud de los
proteccionistas no es animalista, todo lo contrario, peca
de un antropo-centrismo miope, pues traslada a otras
especies valores humanos.
Quien crea que no
"existe crueldad" en la naturaleza es
probablemente el habitante de un quinto piso urbano que
jamás a visto a un gato cazar un ratón. Está
demostrado estadísticamente que el grueso de los
proteccionistas son poco amantes de la naturaleza..., y
que tienen poco que hacer añadimos nosotros.
Con respecto a otros
"ismos", como el pacifismo, éste se refiere a
la conducta entre seres humanos, no a seres humanos con
animales. El que crea lo contrario se cree un animal. El
humanismo...¿qué cosa será eso? Aunque una dieta
"sana" no necesariamente se opone a una tarde
de toros, porque no es obligación comerse los animales
muertos en la arena, tal vez los más coherentes de los
anti-taurinos son los que además son vegetarianos.
Podemos darle el crédito siempre y cuando no usen
zapatos, cinturones ni otros artículos de cuero o seda
(hay que hervir vivias a las ninfas de una mariposa para
producirla).
Pero debemos
señalarles que la posibilidad de que no matenos a
ningún animal, ni para alimentarnos, ni vestirnos, es
inhumana, porque el ser humano ha comido carne (y
probablemente se ha vestido con pieles) desde que era
solo un australopiteco.
Por otra parte, la
cria de ganado de lidia con ciertos parámentros no sólo
es ecológicamente inocua, sino francamente ecologista.
Como los potreros en los que pastan los toros bravos son
evitados por la gente y, en consecuencia, por los
cazadores furtivos, la fauna salvajese reproduce con
tranquilidad. Hemos visto garzas y la bellísima
Porphynda Martinica en una ganadería de lidia de
Tumbaco, zona en que no se veían durante décadas. En
otra, en los altos de Pifo, trés códores juntos,
espectáculo imposible de ver en otro lugar. Y ese
excelente ganadero y hombre sensible que es Patricio
García, nos enseñó complacido como los venados
pastaban en medio de una impresionante novillada de su
hierro.
Claro que hay
todavía ganaderos que creen que los cóndores se comen a
sus becerros, pero ese es problema de IQ y no de
taurofilia.
La ecología es una
cuestión política. Quienes estamos interesados en
salvar a la humanidad salvando el medio ambiente, debemos
actuar estratégicamente, no buscando enemigos donde no
hay. Existen ciertos ecologistas camorristas que
encuentran placer en ponerse contra la humanidad y, de
paso, poner a la humanidad contra de su causa. Son
enemigos de los militares, de los empresarios, de los
agricultores, de los campesinos, del aseo y de la razón.
Personas de este tipo son, por cierto, los peores
enemigos de la naturaleza."
(Alfonso Reece D.,
"Ecología y Tauromaquia", revista Brava, No.1,
pag.8-9, Quito, 1 de diciembre de 1997)